Luego de que Mónica García Villegas, directora y dueña del Colegio Rébsamen, fuera detenida, los padres de los diecinueve niños que murieron en el derrumbe de la escuela tras el sismo del 19 de septiembre de 2017 expresaron sentirse mejor al ver que su lucha por hacer justicia está dando frutos.
De acuerdo con las autoridades, el colapso puso al descubierto irregularidades en la construcción, en los permisos y verificación sobre la seguridad del edificio.
En dichas irregularidades está involucrada la conocida Miss Mónica, quien está acusada de homicidio culposo.
Desde la tragedia del sismo de 2017, los padres del Rébsamen han luchado por la detención de la Miss Mónica y otros tres directores responsables de obra: Juan Apolinar Torales Iniesta, Juan Mario Velarde Gámez y Francisco Arturo Pérez Rodríguez.
En una entrevista para Excélsior, Mireya Rodríguez, madre de una niña de siete años que murió atrapada entre los escombros junto con otros dieciocho alumnos, dijo que la detención de Miss Mónica fue para ella como un regalo:
“Para mí fue un gran regalo, porque sentí que comenzaba a dar resultados toda la lucha y esfuerzo que hemos hecho los padres del Rébsamen, durante un año y siete meses”.
Otros padres casi perdían la esperanza de ver tras las rejas a Miss Mónica y aún recuerdan con dolor la muerte de sus hijos; tal es el caso de Óscar Vargas, papá de Raúl Alexis, de siete años:
“Todavía veía un poco lejos su detención. Este día ha sido muy difícil para mí, porque revivo el sismo y pienso que mi hijo no se merecía morir de esa manera, pues el sismo no fue lo que lo mató, sino la corrupción y las omisiones de las autoridades y de la dueña del colegio”.
Óscar Vargas no es el único que aún no se repara de la tragedia, Fernando Flores, papá de Santi, reveló que al saber de la detención de Miss Mónica le dieron unas ganas inmensas de gritarle cuánto ha sufrido:
“Me gustaría gritarle que es culpable de haber causado un dolor tan grande que nunca sanará. Gritarle que han sido muchas las noches donde he tenido que acompañar a mi hijo menor, que llora por el dolor de no tener a su hermano. Que Vero, la mamá de Santi, llora sin control por la desesperación de no poder abrazar a su hijo. Gritarle que yo no puedo correr o jugar con él y que ya no tengo ya quien me reciba en la casa todos los días eufórico diciendo: ‘ya llegó mi papá’, y al entrar me abrace y me diga ‘eres mi mejor papi’”.
La rabia y el dolor predominan entre los sentimientos de los padres que perdieron a su pequeños en 2017, pero también agradecen el apoyo y solidaridad de la gente.
Fuentes: Animal Político y Excélsior
Fotos: Excélsior y El Sol de México